
Dada la creciente preocupación de los profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS) sobre la desinformación del uso de las pseudoterapias de la población, (Barómetro del CIS, 2018), el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad desarrollan de forma conjunta un documento denominado Plan para la Protección de la Salud frente a las pseudoterapias. Este informe nace con el fin de informar a la población desde dos vertientes. Por un lado, mostrando cómo se alcanza la evidencia científica de un tratamiento, y por otro, cuáles son los riesgos que causan las pseudociencias, ya que sus impulsores hacen creer a los ciudadanos que los resultados de estas terapias se logran por medio del rigor científico (Hansson, 2009; Cornejo y Blázquez, 2013).
Esta convicción de la inocuidad de las llamadas terapias alternativas, es decir, actuaciones que se aplican sin aval científico, provoca un daño irreparable para quienes las utilizan. Estas personas NO reconocen que no sólo afecta a su economía (ya que son más caras) sino que causan graves daños a la salud, e incluso, provoca la muerte. Así, y siguiendo con este último aspecto, en el Primer informe sobre fallecidos a causa de pseudoterapias en España (Cervera, Gómez y Frías, 2019) se recoge que de los casos aparecidos en prensa, 1159 relacionados con la homeopatía, cuatro terminaron en muerte.
Dicho Plan tiene el propósito de no llevar a equívoco y define pseudoterapia como: "la sustancia, producto, actividad o servicio con pretendida finalidad sanitaria que no tenga soporte en el conocimiento científico ni evidencia científica que avale su eficacia y su seguridad". Por su parte Martí-Sánchez y Roger-Monzó (2018), presentan este término como "conjunto de prácticas y creencias que carecen del respaldo de evidencias científicas válidas".

Los trastornos de ansiedad constituyen los trastornos mentales más frecuentes.
Las personas con trastorno de ansiedad presentan un riesgo más elevado de depresión que el resto de la población. La ansiedad puede aparecer de manera repentina, como en el caso de la angustia, o gradual, en el transcurso de minutos, horas o días. La duración de la ansiedad es muy variable, de pocos segundos hasta varios años.
Además, el trastorno por estrés agudo, en muchas ocasiones derivado por una ansiedad persistente, consiste en una reacción disfuncional, desagradable e intensa que comienza poco después de un acontecimiento traumático o abrumador y que se prolonga durante menos de un mes. Si los síntomas persisten durante más de un mes, se diagnostica un trastorno de estrés postraumático.
