

Terapia individual
Para la Terapia Individual los rasgos de personalidad solo constituyen trastornos de la perso- nalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y causan un deterioro funcional significativo o un gran malestar subjetivo. Los rasgos de personalidad son patrones persistentes en las formas de percibir, relacionarse, pensar sobre el entorno y sobre uno mismo, que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales. Una personalidad sana tiene la capacidad de ser flexible ante los retos y la conducta resultante fomentando la autosatisfacción personal. La Terapia Individual es un agente de cambio al facilitar un mayor grado de ajuste personal.
Pero ¿en qué momento podría decirse que la personalidad está definitivamente consolidada y deja de presentar cambios? La investigación al respecto tiende a sugerir que, aunque en general no se produzcan cambios cualitativos significativos, la personalidad se mantiene flexible a lo largo del ciclo vital, incorporando cambios que, aunque normalmente pequeños y que se producen a lo largo de periodos dilatados de tiempo, reflejan la maduración del individuo y le facilitan el proceso adaptativo. Este carácter gradual del proceso de cambio explica que, contrariamente a lo que sucede con los índices de estabilidad relativa, que tienden a disminuir a medida que se amplía el intervalo test-retest, las estimaciones de cambio absoluto tienden a aumentar mientras más amplio es el periodo de seguimiento.
Los factores de personalidad juegan un papel relevante en moldear el medio ambiente del individuo, de forma que pueden contribuir al mantenimiento del trastorno. Por ejemplo, un trastorno de personalidad por evitación puede hacer que una fobia social sea más generalizada y tenga un peor pronóstico. Por ejemplo, las conductas de evitación típicas de este trastorno de la personalidad pueden limitar las experiencias de exposición a situaciones sociales, dificultando la resolución de la fobia social y manteniendo así el trastorno.
Cuando la conducta del sujeto da lugar a consecuencias y reacciones negativas en el contexto social, económico y familiar de los demás, perpetuando y agravando los problemas persistentes, podemos hablar de un trastorno de la personalidad. La Terapia Individual está pues orientado a la intervención psicológica y a la aplicación de terapias para la atención personal, (tanto individualmente como en grupo), que se ajuste a las particularidades y necesidades de cada paciente.
Los factores de personalidad juegan un papel relevante al moldear el medio ambiente del individuo, de forma que pueden contribuir al mantenimiento y desarrollo posterior de anomalías patológicas como pueden ser la depresión, el estrés, la ira o la ansiedad. Aprender a conocerse uno mismo es determinante para conocer cómo funcionan nuestras emociones, qué clase de conducta desencadenan y en qué medida esas conductas ocasionan malestar o comportamientos disruptivos.
Con nuestra amplia variedad de Terapias Individuales, tenemos como objetivo ser los facilitadores en promover el bienestar psicoafectivo, las emociones positivas y la calidad de vida de adultos, adolescentes y niños, a través de la práctica psicoterapéutica.
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